Equidad de Género
La
equidad de genero es un tema del cual se habla mucho actualmente en los
medios, pero ¿cómo podemos hablar de equidad?, si no conocemos a que se
refiere el género, ¿Cómo puedo hablar de igualdad? Si desconozco las
diferencias de género, y el mismo desconocimiento de esas diferencias,
me puede llevar a temer, como un reflejo natural de seguridad, el temor a
lo desconocido, que a su vez, me puede llevar a la trampa de la
homofobia, xenofobia o otros miedos relacionados al desconocimiento del
hombre por el hombre.
El concepto de género
es un concepto amplio, lleno de matices y sutilezas, que es imposible
definirlo, sin antes conocer diferentes aristas del mismo.
Anteriormente
se hablaba de género masculino y femenino; actualmente, esta
diferenciación, resulta minimalista o muy pobre. No puedo definir género
solo en función de que la persona tenga pene o vagina, ya que existen
los hermafroditas, o ¿debo escribir las hermafroditas?. Con lo anterior
ya tengo el primer problema, ¿de que género son? Y al referirme a ellos
¿lo correcto no será “ellas”?. Por lo anterior no puedo referirme a
género en base solo a su características físicas.
Adentrándome
en un tema totalmente desconocido para mí, que de esto el más indicado
para hablar es un(a) médico, son las cuestiones hormonales. Tengo
entendido que somos un complejo químico regulado en gran parte por
hormonas, de todo tipo y funciones, pero tampoco se puede hablar de
género en base a los niveles hormonales de los individuos, primero
porque se tendrían que definir los niveles de testosterona en el cuerpo
para definir que individuo cae dentro de rango de hombre y quien no. Y
tal vez no solo de testosterona, sino de otras hormonas relacionadas al
sexo. Y segundo, porque si se tiene una “clasificación” así, ¿a quién o a
que edad se harán las pruebas de clasificación de género?. Entonces
hablar de género no se puede definir en base al complejo mundo hormonal.
Por
otro lado, hablar de género en cuanto a la conformación física del
individuo, tampoco es un método adecuado, ya que ¿Cuántos hombres
“varoniles”, de complexión atlética, y demás características
“masculinas” existen?, pero de preferencia sexual homo o bixesual. O por
el contrario, mujeres con cuerpos torneados, atractivas, de belleza
conforme a los cánones sociales y culturales, totalmente de apariencia
delicada, femenina (otra vez de acuerdo a cánones sociales y culturales,
de cada lugar de este planeta) son de preferencia lésbica.
Por
cuestiones culturales, tampoco es posible definir género, ya que en
México tenemos en Oaxaca a los muxes, algunos de ellos autodefinidos
gays u homosexuales, pero otros educados para tal rol. Los muxes son
respetados y bien vistos en la región del Itsmo de Tehuantepec, y
vistos como una bendición dentro de la familia, ya que el rol de cuidar a
los ancianos recae en el hijo, mujer mas chica de la familia o en el
muxe, y en ausencia de una mujer o muxe “natural”, al hijo menor se le
educa como tal, como si naturalmente fuese homosexual, para que asuma el
rol de muxe.
Para continuar, tampoco por
preferencia sexual se puede definir género, porque no solo es
heterosexual, también existen los homosexuales, y no por eso dejan de
ser hombres, las lesbianas no dejan de ser mujeres y en medio pueden
estar los bisexuales, y ahondar en este tema, podemos encontrar marcas
de violencia, abuso y explotación.
El género lo podemos comparar con la gama
de colores. No solo existe el rosa y el azul, típicamente el rosa para
una mujer y el azul para un hombre. No podemos decir que el rosa es para
una mujer, porque nos podemos topar con una mujer ardiente y esa tierna
tonalidad rosa se vuelve un rojo apasionado, y puede una mujer ser de
tan fuerte temperamento que sube de tono a un rojo obscuro casi negro,
llegando casi a juntarse con el hombre recio, de un azul tan obscuro que
es casi negro, bajando de tonos a un azul rey que puede ser el ideal de
muchas mujeres, pero puede ser un hombre tan tierno y amoroso que ese
azul es un azul celeste, hombre de trato suave, finos ademanes y
refinados modales, sin dejar de ser hombre heterosexual, y en este punto
se puede empiezar a mezclar los colores azules y rosas, dando pie a los
violetas, lilas, tal vez a los morados.
Así
veo el género, lleno de matices, en un amplio espectro que no podemos
encuadrar solo en femenino y masculino, tal vez del punto de vista
fisiológico, sí encuadra, hombre o mujer, pene o vagina, pero desde el
punto de vista de género, las diferencias y similitudes son muchas,
Por
eso la dificultad de entender el género hace más difícil esa equidad.
Si no atendemos al género desde otras aristas, no solo hombre-mujer,
jamás podremos ni siquiera acercarnos a una equidad. Es un trabajo que
no podemos dejar solo a las mujeres, como hombres debemos poner nuestra
aportación para cambiar un tanto lo complejo e ideas absurdas, que lo
único que conllevan es al desconocimiento, miedo y rechazo de la persona
diferente.
Trato de enriquecer mi vida; respeto y disfruto de la diversidad.